El Fin del Amanecer (III):

CAPÍTULO QUINTO

Buffy lloraba desconsoladamente sobre el cuerpo de su hermana muerta. Le acariciaba el rostro y su cabello, intentando impregnarle algo de vida, aun sabiendo que nada podía hacerse ya. Ángel la observaba a pocos metros, de pie, aguardando con las manos juntas frente su cintura. Buffy seguía llorando, tumbada en el suelo con su cabeza apoyada sobre el cuerpo inerte de Dawn. Ángel comenzó a caminar alrededor de las hermanas, poco a poco parecía impacientarse.

- Buffy, está muerta – canturreó seriamente. Buffy no respondió. – Oh, vamos, aun no hemos acabado, levántate.

Buffy sorbió sus lágrimas en un suspiro y levantó la cabeza para mirar a Ángel. La visión nublada le impedía verle perfectamente, su mirada expresaba dolor y pena, pero no venganza. Todo su rostro miraba sin comprender, buscaba sin ver. Ángel la miró esperando que ella se levantara y fuera a por él, pero ella no lo hizo; sino que volvió su cabeza hacia su hermana y ahora en silencio la miraba.

- Buffy, Buffy... - insistía Ángel. Al no encontrar respuesta, fue directo a ella, se agachó y le agarró los brazos con fuerza. – Mira, siento que esto haya...

No pudo acabar la frase, Buffy se soltó y lo empujó violentamente haciéndole retroceder varios metros hasta que cayó al suelo. Ángel comenzó a animarse cuando desde el suelo vio lo que le había pasado, pero enseguida descubrió que Buffy seguía en el mismo sitio. Con enfado se levantó del suelo y se dirigió de nuevo hacia donde estaba ella.

- Me estoy hartando un poco. Me había imaginado un poco de diversión pero esto no tiene nada de divertido. ¿Qué quieres? ¿Que te mate así? ¿tan fácilmente? Eso no tiene gracia, prefiero que se me resistan, pero... – entonces, golpeó a Buffy en la cara, separándola del cadáver. Buffy no se movía,  tirada en el suelo de lado, con los ojos y la boca abierta. Ángel la agarró por el cuello del abrigo y la levantó casi sin esfuerzo.

- ...no he venido aquí para nada.- La llevó a volandas contra la pared; la espalda de Buffy estaba apoyada en el frío muro del pasillo, Ángel la sujetaba por el cuello, y la miraba a los ojos, pero ella los tenía cerrados.- Como quieras, si prefieres no mirar... – El rostro de Ángel se transformó en el de un vampiro; desnudó el cuello de ella con suavidad y se acercó a él.

- ¡No! – gritó Spike desde la entrada; Ángel se volvió para verle correr hacia donde estaban. Ángel soltó a Buffy, que cayó al suelo, y se dirigió hacia Spike, que acababa de descubrir el cadáver de Dawn.

 

CAPÍTULO SEXTO

Ángel llevaba las de ganar en la pelea. Spike estaba herido y su fuerza era menor que la de su oponente; aun así se entregaba a fondo aun conociendo sus limitaciones, para impedir que nada le arrebatara a Buffy de nuevo.

- Siempre has ido por detrás de mí, amigo – le dijo Ángel mientras le golpeaba en la cara. Spike le ignoró y le devolvió el golpe, aunque Ángel lo esquivó.- ¿Con qué la cazadora, eh? Estás loco por ella... – la pelea continuaba.

- Dime, ¿ha sido tan buena contigo como lo fue conmigo? ¿Por eso fuiste a recuperar tu alma? ¿Para ser como yo era? ¿Para que ella te quisiera como me quiere a mí? Oh tío, estás más loco de lo que pensaba; yo queriendo escapar de esa cárcel y tú buscando ingresar en ella. Pero no te engañes, lo único que has sabido darle ha sido lo que no pudo conseguir de mí. Pero no era en ti en quien pensaba entonces, sino en mí, en su Ángel. Al final, todo ha sido una decepción para todos: para ella, para ti y para mí. Mírala, ahí tirada, acabada, sin nada por lo que luchar ni por lo que vivir.

Ángel lanzó a Spike sobre una falsa columna derribándola y quedando medio sepultado en ella, semiinconsciente. Se volvió hacia donde había dejado a Buffy, que lo miraba acercarse. Él la volvió a levantar como lo había hecho antes, seguía con la cara de vampiro, y entonces le mordió en el cuello y bebió de su sangre por segunda vez en su vida. El dolor era intenso, pero Buffy no podía gritar; a través del hombro de Ángel, vio a Spike tumbado boca abajo medio cubierto de escombros. Spike alzó la cabeza y sus miradas se cruzaron, ambas llenas de dolor y miseria. Spike se retorcía tratando de liberarse pero no podía y estaba muy débil. Buffy iba entornando los ojos poco a poco hasta que se cerraron completamente; Spike seguía intentando deshacerse del peso que soportaba.

Ángel dejó reposar el cuerpo de Buffy en el suelo y se arrodillo frente a él. Con su mano acarició la mejilla de ella, y le dio unas pequeñas palmadas para que recuperara el conocimiento. Buffy estaba exhausta.

- Vamos, Buffy, ahora te toca a ti – dijo suavemente. Buffy abrió un poco los ojos, y con un movimiento débil de cabeza rechazó la muñeca ensangrentada que Ángel le estaba ofreciendo. - ¿no quieres? ¿no quieres beber? Si no bebes ahora, morirás, y mi venganza será incompleta – el tono de su voz seguía siendo suave y tierno. Le puso su muñeca en la boca y la sangre bañó los labios de Buffy, pero ella la escupió casi sin fuerzas. Spike los miraba desde lejos con horror en sus ojos, estaba paralizado esperando a ver qué iba a ocurrir. Si Buffy bebía, moriría como humana pero nacería como vampiro, y si no bebía, moriría para siempre. Ni siquiera ahora, sabía qué era lo correcto, si lo que en el fondo deseaba era lo mejor para todos, y el dolor por ese nuevo sentimiento, no desear la muerte de ella a ese precio, y la mirada de Buffy que parecía leer en su alma, lo enfureció y lanzó un alarido que rompió el silencio.

Ángel insistía, pero Buffy seguía rechazando su sangre. El tiempo apremiaba y el corazón de ella cada vez latía más despacio, cada segundo más cerca de la muerte. Ángel se impacientaba; con sus colmillos se mordió los labios con violencia hasta que se cubrieron de sangre, su rostro volvió a tener apariencia humana pero en sus labios permanecía la sangre que brotaba de sus heridas. Besó a Buffy en los labios y la obligó a beber de esta forma. Al principio, Buffy empezó a tener convulsiones, pero luego se calmó. Ángel la sujetaba con fuerza, de manera que no pudiera  liberarse de su abrazo. Buffy expiró antes de que Ángel se diera cuenta de ello. Cuando dejó de sentir el pálpito de su corazón, él la miró a la cara, le recordaba a cuando la había visto dormida en el pasado, tantas noches esperando el momento que nunca llegaba.

Spike se quedó quieto, dejó de moverse durante un segundo, para contemplar el final de Buffy, y la rabia lo envolvió. Con más furia, parecía que el peso que lo mantenía preso iba cediendo.

Ángel seguía contemplando a Buffy, como un escultor contempla su obra acabada después de años de trabajo.  – Cazadora – murmuró complacido. Y miró en dirección a las cortinas al final del pasillo. Pronto amanecería. De repente, sintió algo en el pecho y retrocedió varios metros hacia atrás hasta caer de espaldas en el suelo. Algo lo envolvía; consiguió ponerse de rodillas y en ese instante sus ojos y su ser se iluminaron. Le habían devuelto el alma.

 

CAPÍTULO SEPTIMO

Ángel se sentía desorientado, sus ojos cubiertos de lágrimas le impedían ver nítidamente. Spike logró librarse de los escombros que lo mantenían atrapado y corrió hacia donde estaba Buffy. Ángel notó la presencia de Spike, vio su figura fugaz pasar por delante de él y la siguió con la mirada. Se secó los ojos con las manos y miró hacia la pared. Allí descubrió el cuerpo sin vida de Buffy; junto a éste estaba Spike, llorando. Aunque su primera impresión fue que Spike la había matado, algo le decía que no era cierto, y la verdad se le iba revelando con amargura.

- No, no... – seguía mirando la misma escena, y comenzó a acercarse a ellos a gatas, esperando que ella solo estuviera inconsciente.

Spike se giró hacia él en cuanto notó que se acercaba, lanzándole una mirada de fuego, amenazante.

- Ni se te ocurra, tío. No te acerques a ella, o... – Spike miró hacia las cortinas. Se volvió de nuevo hacia el cadáver de Buffy,  la cogió en brazos y lo levantó del suelo. Miró hacia donde estaba Ángel, que los miraba con horror.

- Buffy – murmuró – Buffy.

Spike le pegó una patada en la cara dejándolo tirado en el suelo y se marchó llevándose a Buffy con él.

Ángel se quedó inmóvil, sin  creer aun lo que había pasado; una fuerza violenta salió de su interior y gritó:

- ¡Buffyyyy!

 

                                                                                        2ª Parte